El Buda de la Medicina abre su mano derecha en el mudra de la generosidad y sostiene una planta medicinal con tres frutos. Su mano izquierda sostiene un cuenco hecho de lapislázuli, lleno de néctar sagrado, con tres frutos de la misma planta.
Arura es el nombre de esta planta. Se considera como la panacea de prevención y curación; cuenta una leyenda que la planta fue bañada con el néctar de la inmortalidad.