Comunmente se les llama ‘deidades’ a las diversas representaciones de Buda, que simbolizan las diferentes manifestaciones de la energía de la iluminación. Se trata de cualidades que el practicante desarrolla en cuerpo, palabra y mente. Dependiendo de la predisposición mental y de la situación, Buda puede manifestarse de forma delicada y pacífica, enérgica y decisiva, o incluso iracunda y destructiva. Las diversas manifestaciones de Buda responden a la transformación de los tres venenos en energía pura: la ignorancia se corresponde con la forma pacífica; el deseo y el apego tienen como foco la forma enérgica; y el odio y la aversión con la iracunda.