La segunda vez que Gueshe La vino a México, aún recuerdo que traía en sus manos unos girasoles, que le habían regalado en su recibimiento.
Yo acompañé a una persona que quería darle la bienvenida en el aeropuerto.
Venía cansado y ya era muy noche, aún no lo conocía pero se miraba muy amado por mucha gente que fue al aeropuerto. Después de desplazarnos a Loseling, se sentó. Por unos minutos pensó y apurado entro a la gompa a ofrecer sus girasoles y creo también a agradecer su vuelta a México. Yo solo al verlo sentí mucho cariño por él, sabía que iba a ser importante en mi vida.
Desde entonces cuento son su apoyo infinito y compasivo como el de un padre a quien mira a su hijo en situaciones adversas.